viernes, febrero 02, 2007

El niño del huevo (parte IV y última)

Al parecer el madrazo recibido había resultado un poco peor de lo que tenía contemplado pues al tratar de incorporarme sentía como un par de enanitos del circo Atayde se columpiaban alegremente de allá donde les platiqué y pues no era una sensación asi muy agradable que digamos.

Pasé de puntitas para no despertar a mis hermanas, pero al dar el segundo paso el dolor comenzó a hacerse un poco más intenso.

-"Ay wey, ora si me duele, se me hace que con el dinero que me sobre, me voy a comprar un par de kiwis de una aleación así como de titanio con iridio antibalonazos" pensé mientras me dirigía a la alacena a buscar mi dotación matinal de Chocokrispis cuando en eso me dí cuenta que sólo quedaban unos cuantos de ellos en la caja.

-"Y todavía te ríes cabrón" le dije medio emputado al chingao elefante puñal que me veía desde la caja, pues el que no hubiera cereal indicaba que debía "prepararme" alguna especie de desayuno y eso suponía esfuerzo(poquito si ustedes quieren, pero para un huevonazo de mi calibre cualquier esfuerzo por mínimo que sea pesa) así que le unté mayonesa a dos panes, tomé una rebanada de jamón y un vaso de leche fría como mi suerte los cuales siriveron de desayuno.

-"Mmmta, no hubo Chocokrispis, mala señal, mal augurio, Oh Tezcatlipoca! apiádate de tu siervo!!"

Tomé un cono de huevo y me salí a buscar pichones.

Extrañamente la mañana se compuso bastante.

-"Dame uno hijo"

-"Si señora, ¿de doble yema?" les decía mientras me volvía todo un experto en el argot de los huevos (que por cierto me dolían) e iba recaudando lenta (muy leeeentamente) el dinero de la inversión.

Así fueron transcurriendo los días y mis ventas subían y bajaban de la misma manera que mi entusiasmo, mi papá trataba de ampliar el negocio trayendo un par de gallinas para que las vendiera explicándome que las vendería a 10 pesotes por alebrije pues a el le habían costado 5.

Total, que entre gallinas y huevos sucedió un evento el cual cambiaría radicalmente el rumbo de aquel negocio.

Bajaba las escaleras del edificio completamente en la lela (eso era en la tarde cuando ya era niño normal y no vendedor), con mi dolor de gumaros áun cuando una señora me encuentra y me dice:

-"M´ijo...¿ tu eres el niño del huevo?"

Comencé a cambiar paulatinamente de color pasando desde el amarillo semáforo, verde marihuana y rojo verguenza hasta decirle:

-"Si s..eñora" respondía pensando porque mi señora madre pudo cometer semejante indiscreción, ya la imaginaba:

-"Si, es que mi muñe precioso agarró a madrazos a un balón con sus huevitos y pues que se lastima, si si, ya le he dicho muchas veces: muñe no juegues así pero ya ve como es este chamaco".

Mientras pensaba que mi mamá sentía un odio especial hacia mi, con muchísima verguenza le corregí a la señora:

-"...pero ya casi no me duelen"

-"¿Perdón?, yo sólo quería un kilo doble yema, ¿tu vendes huevos no?

-"De veras que soy pendejo" me repetía a mi mismo cuando me alejaba de ella con 12.50 pesos en la bolsa creyendo también que la pena no me dejaría en paz (jajajaj iluso de mi!) y que el negocio se vendría abajo, bueno la verdad es que no le veía mucho futuro y sólo buscaba pretextos baratones para dedicarme a otra cosa.

El colofón de esta historia llegó de la mano de un par de gallinas que llevaba bajo el brazo y que le ofrecí a un señor:

-"Ande, cómpreme a Gumercinda, viera que noble es!!, además casi ni va al baño (de hecho el baño iba a ella, pero no se lo dije), es una ganga sólo 10 pesotes!!"

-"No hijo, es muy poco dinero, siento que no está bien" replicaba el señor.

-"De veras, mire, aquí entre nos..., a mi papá le salen en 5 !"

!Plop!

La verdad no recuerdo si me la compró o no, pero si recuerdo que después de eso mi papá por fin se convenció que lo mío, lo mío era el fútbol, la música o el desmadre pero no el negocio, así que recuperé lo de la inversión, y quede tablas con mi papá pero sin el nintendo.

Un buen día de ese verano mis abuelos me regalaron una caja con el mismísimo tesoro de Moctezuma, "wooooow , un NINTENDOOOOO!!!, GRACIAAAAASS".

Nunca sabré si fué por obra de los dioses, por justicia (o injusticia), por Gumercinda, por mis bolitas castigadas o simplemente por inercia o gravedad, sólo sé que ese verano aprendí muchas cosas de la vida, la gente, las pelotas y lo huevos.

Hoy,años más tarde me doy cuenta que lo mío, lo mío ,lo mío...era el desmadre!.

HUEVOS!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Fué el todo que se confabuló, las estrellas, el destino y claro el dinero de tus abuelos :D jajaja bueeeno al fin tuviste lo que querias... al menos recuerdas las bolitas castigadas con menos resentimiento

Beetho San Doval dijo...

Que le cuento mi estimado... en casa si nos funcionó el berrinche (eramos dos y la unión hace la fuerza) para obtener el nientiendo... jamás acabé el Mario, sino hasta muchos muchos años después...

Ana F. dijo...

Dr., gracias por la compañía. Y disculpe usted a mi amigo Valex y a mi amigo Adri, ellos no son así... no es cierto, sí son.

Iba a postear algo sobre su encuentro con Charlotte (después de casi 10 años) pero me fue advertido que yo ya no soy la administradora del blog y que mis posts podían ser "mágicamente" borrados. NO A LA CENSURA!

Su amiga,
Ana F.

Dr.Marbolius Kempka dijo...

Gracias a ustedes,en verdad fué una noche muy padre y muy didáctica, ya leí tu post en la prófuga y me gustó mucho, de todas formas, yo escribí uno tambiñén hablando del incidente, quiza Charlotte se entere y me daria mucho gusto que lo leyera.

saludos a la familia Fortuna y a esos dos muchachones.!!