martes, enero 30, 2007

El niño del huevo (parte III)

Me levanté temprano, desayuné unos chococrispis y salí a buscar mi fortuna detrás de las puertas de ese conjunto de departamentos cargando dos cartones de huevos,unas bolsas de plástico y una gorra la cual me hacía lucir como cerillo pues me quedaba enorme.

-"Toc toc toc"

-"Buenos días, ¿no compra usted huevo fresco de granja?"

Caras de todo tipo, desde las señoras desveladas con cara de corteza de aguacate, niños de 6 años con calzones y mocos embarrados,2 perros, un señor rascándose una nalga y otro con pants asi medio pasguatón (que por cierto fué el único que ese día me compró un kilo) fué lo que encontré detrás de esos picaportes de interés social.

-"No hijo, ya desayunamos, pero gracias" fué mi primera respuesta, pero no la última.

-"¿Maaaaa?, ¿eeevooo?..." me decía un niño con una flema atravesada entre pulmón, nariz y media madre, mientras frunciendo lo fruncible batallé para sonar amable (después de todo era un vendedor sin importar si era una persona mayor o un chiquillo moquiento como éste) y repetirle la letanía:

-"¿Podrías preguntarle a tu mamá si no compra huevo fresco de granja?" le dije casi deletreándole , y despejó mis dudas cuando con esa claridad me dijo:

-"¿Maaaaa?, ¿eeevooooooo?..."

-"Mmmmmta madre!", resolví que regresaría en unos años cuando haya crecido un poco más y sepa utilizar los Kleenex

Así, una tras otra fueron desfilando las negativas hasta que un buen samaritano me compró un kilo y pude persignarme (que de hecho no lo hice pues en aquél entonces era medio ateo) no sin antes hacerme una pregunta técnica:

-"Honestamente hijo, ¿es de doble yema?"

Y le respondía lo más franco que pude:

-"Honestamente no sé, pero supongo que las gallinas le echaron más ganas, pues el huevo está más grandote, supongo que valen más por el esfuerzo " le dije mientras trataba de imaginarme pariendo a un niño del doble de tamaño normal.

Regresé a mi casa con una cantidad que no superaba los veinte pesos, con casi todo mi cargamento hueveril y con el ánimo hecho polvo cuando mi padre me trato de "animar" con esas frases que sólo el sabe decir:

-"Ya te falta menos para recuperar la inversión"

A este paso, pensé que debía considerar la posibilidad de vender pollitos en vez de huevos por el tiempo que seguramente me iba a tardar en venderlos.

-"Bueno si son doble yema,..mmm... han de ser unos pinches pollotes enormes y deben valer mas" pensaba yo tratando desesperadamente de encontrar una salida lógica al problema que suponía alcanzar el mentado nintendo y alimentaba las más locas esperanzas como ésa.

Esa tarde, salí a jugar fútbol con mis cuates el "primobil" y una niña que se llama Claudia, para desetresarme y olvidar mi mal inicio en esto del negocio de los huevos.

-"Abroooooooon, ya tranquilo, mañana vas a ver que vas a vender un chingooooo" me decían para calmarme, cuando en ese momento, otro cuate, Yair hacía un recorte formidable por la banda izquierda, eludía contrarios, dispara hacia la portería y...

-"HUEVOS!!"

E ...x ...a...c..t..amente AHÍ se fué a incrustar el balonazo, con el correspondiente murmullo general:

-"Uhhhhhhhhhh"

Mientras me retorcía en el pavimento escuchando voces lejanas preguntándome si estaba bien, mi mente volaba hacia el botón "select" y el "start" del joystic de un nintendo nuevecito y buscaba afanosamente otra estrategia, los vendería, los vendería todos!!.

Caminando lastimosamente a la casa, le dije a mi mamá al llegar:

"Mañana despiértame más tempra por favor, vas a ver que ahora si los vendo!!".

Aún faltaban más pruebas que saltar antes de conseguir ese chingao juego, ya las cosas, como siempre se resolverían de maneras insospechadas.

C O N T I N U A R Á...

1 comentario:

Anónimo dijo...

ooorale este cuento infantil no de bolsillo si vende mas que el libro de paty chapoy! esta chebvere tu historia! sigue sigue quiero saber que mas paso!