Seis banderas

-"¿Entonces que onda, si vamos a Six flags con tus primos y tu hermana a celebrar el cumple de Isa"? me dijo mi tío muy seguro de si mismo.

Por un momento rememoré a la Cd de México, un lugar enorme, mucha gente, mucho ruido y demás cosas malas, pero la verdad es que me llevo muy bien con mis primos, mi tío y pensé que iba a ser una buena oportunidad para escaparme un rato del mundo, así que acepté de inmediato.

Sábado 7 y 30 de la mañana ya estábamos trepados El tío, el Ottito, la cumpleañera, Margloba (mi hermana) y su servilleta dispuestos a pasar un fin de semana agradable lleno de juegos mecánicos infernales allá en lo que era Reino Aventura.

La verdad es que las cosas comenzaron no muy bien, pues la habilidad innata de Margloba se hizo presente al tirarle medio café hirviendo a mi compañero de asiento el cual estaba preocupado gravemente por su indumentaria.

Después de tres horas y media (una en la carretera y 2 y media en la ciudad) nos encontrábamos estoicos frente a la tierra prometida (Mi tío se la había prometido a mi prima) y comenzamos por tratar de librar el primer problema:

-"¿Donde vamos a dejar la maleta?.

Al principio creí que sería buena idea dejarla en la entrada confiando que nadie tomaría lo que no es suyo y recogerla a la salida..., después de que el efecto de la droga pasó, tuve una revelación y les dije a los demás:

-"¿Y Porqué no las dejamos donde los demás las dejen?"

La idea fue bien recibida hasta que nos dimos cuenta de que, al parecer, éramos los únicos pueblerinos que traíamos maletas.

-"Mmmta madre, bueno...¿debe haber lockers cierto?" pregunté al aire.

Efectivamente si los había pero, como decirlo, las dimensiones no se ajustaban del todo.

Después de deambular un rato, hablamos con un tipo que da información y accedió amablemente aguardar nuestras pertenencias en un lugar más adecuado y entonces sí comenzó el recorrido.

-"Vamos a la MEDUSA, anda vamos, anda vamos , anda siiiiiiii????" decían los infantes al más puro estilo Quico mientras yo sólo podía pedirle al cielo que la dichosa Medusa fuera un Carrusel, una rueda de la Fortuna o alguna de esas cosas que en ese sitio no hay.

Fuimos de los primeros (No creo que haya mucho pinche loco que quiera que sus vísceras se embarren contra su tórax a esa hora de la mañana) y debo decirles que el terror comienza desde que ves la estructura de madera con chingomil chicles pegados y alcanzas a admirar al efecto Doppler en su máxima expresión cuando pasa crujiendo el dichoso carrito con una bola de inocentes cristianos.

Ya trepado en el carrito, alcanzas a ver una parte del parque y todo es tranquilidad mientras va subiendo hasta que se alcanza el máximo de la cima y entonces si sientes que te maman los mismísimos cocodrilos cuando bajas vuelto madre sobre un riel de metal.

-"Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa sureputamadre!!!!!!!!!!!!!" le decía a Ottito mientras el con toda la tranquilidad del mundo alzaba los brazos como diciendome " Ay no mames, espérate al Superman, ese si está cabrón" y pues yo seguía maldiciendo al Clero y al Estado con la esperanza de que alguien detuviera este pandemonium y me bajara del carrito por mal comportamiento, cosa que pues nomás no sucedió.

Cuando bajé, me sentí liberado, pues el tormento había pasado hasta que me enteré que había más juegos y todos disponibles a esa hora.

-"O sea, ¿Uno no queda satisfecho (eufemismo / sarcasmo) con esta?" preguntaba al aigre.

Mis clamores no fueron debidamente escuchados y poco después me encontraba ya trepado en el Boomerang y en el Batman cuasisimultáneamente, cuando mi tío y yomeroles mentamos madres por la falta de alimento y de bebida. Dicho sufrimiento tuvo su recompensa al llegar a una especie de oasis en el desierto donde probamos esa delicioso y espumoso preparado de malta.

Inmediatamente después de saciar la sed nos fuimos a comer al pueblo vaquero,lugar que por cierto, ni es pueblo, ni es vaquero, pero las hamburguesas y demas viandas son harto aceptables así que nos llenamos para seguir el recorrido, aunque pues la cuenta nos dejó un poco inquietos ya que , al parecer uno de nosotros era Demian, el niño de la profecía, el mundo estaba por acabarse y la comida estaba maldita:

De ahí,fuimos a ver al Tío Chueco, a Bob Esponja y al mismísimo Supermán finalizando así aquella jornada de cumpleaños, donde las cosas raras no estuvieron excentas, así Margloba se convirtió en una especie de mezcla entre Bob Esponja y Super Girl.

Pedro Picapiedra perdió todo el pudor:

Pero al final, la verdad fué un día muy divertido.

Felicidades Prima!