Seguridá

Esto de la seguridad privada en instituciones privadas y algunas públicas como es mi caso a veces nos ofrece episodios dantescos y divertidos.

Antes de que usted, amable lector, forme la imagen de un Dr. Marbolius ojete y vilipendiador de sus prójimos(que igual y si lo sea gulp!) debo deciros que en todos los lugares en donde he laborado han existido estos personajes, por lo tanto, hablo con completo conocimiento de causa acerca de estos eventos.

De entre los más famosos "polecías" privados recuerdo por ejemplo al Sargento Mangueras, el cual era un personaje singular pues tenía cara así como de Tribilín pero más alargada y a mi parecer, estaba medio tocadiscos ya que todas las mañanas que llegaba me lo encontraba cargando una mesa en la espalda y caminaba como reo con chorrillo de un lado para el otro.

-"Oiga Don, y ¿que hace eh?" le preguntaba.

-"Hago algo de ejercicio puf puf, para que no se me entuman las piernas"

Así lo podías encontrar o dando vueltas en el pasto con una pistola imaginaria y disparándonos a todos, claro que el decía que sólo estaba "entrenando" por si algún día vienen algunos terroristas a atacar (Cu cu cu cu cu cu) o alguna horda de mandriles africanos a conquistarnos.

Otro personaje de seguridad fué una chica que trabajaba en cierta televisora donde yo hacía prácticas, pues era más o menos bonita y le tiraba el can a cuanto elemento pasara frente a ella, de esta forma le conocimos 2 camarógrafos, otro polecía y un almacenista como de 60 años el cual nos confesó en cierta ocasión que hasta unas medias le había comprado y que se le ocurrían cosas bien perversas con las esposas, la pistola y una madre que detecta metales la cual parece como "cacheteadora" electrónica.

El punto de todo esto es, que si bien son carismáticos y serviciales, también los hay del tipo que creen que la empresa es "de ellos". Es encabronante que un polecía de seguridad no te deje llegar a tu lugar de trabajo, te detenga en la puerta te pida pinchemil papeles para que les demuestres que en verdad eres quien eres y al final te digan con ese acento ñero:

-"Se me hace que me estás echando mentiras y tu no eres maestro."

-"Pero ya me pidió mi credencial y ya se la dí!"

-"Es que no pareces maestro"

-"Bueno, tu tampoco pareces policía (de hecho parece una extraña cruza entre El borras y el Flaco Ibañez) y no te digo nada"

El elefagente se queda dubitativo y al final me dice:

-"Bueno, pasa pero para la otra te identificas mejor"

-"¿Otra vez?"

-"Mmmm, otra vez no,nomás mejor"

Debo aclarar que no todo es malo en esto de la seguridad privada, el siguiente oficial puede ser el más claro ejemplo de amabilidad, servicio y ternura sin perder el toque rudo y agresivo claro está. Que diferencia es llegar y ver una imagen como ésta:

Ahí lo tienen,es rudo, es tierno, es, es...El comandante Peluche!, a ver pinches terroristas, ahora si vengan cabrones y sientan la fuerza de la borra!!!