viernes, noviembre 03, 2006

Santa Jarocho (Primera Parte)

Como ya se están sintiendo los primeros fríos invernales, parece que en cada esquina, entre mentada y mentada de los poblanos automovilistas oigo villancicos y los mejores sentimientos de la gente comienzan a aflorar (Véase Oaxaca por ejemplo), vino a mi mente un recuerdo de una aventura que protagonicé una noche de un 24 de Diciembre.
Perdonará usted, amigo lector, que quizá mis historias sean demasiado extensas y a veces las tenga que particionar, pero creo que el resultado final bien vale la pena, así que: a la una, a las dos y a las tres!!:
Como cada navidad desde hace muchos muchos años,nos reunimos en la Ciudad y Puerto de Veracruz, mis abuelos,sus hijos y nietos.
Resulta en suerte que el nieto mayor soy yo y mis hermanas le siguen y de ahí pa´l real, mis primos vienen en cascada de edades como de familia Telerín, para esas fechas, sus edades oscilaban entre los 7 años el mayor y 3 años el menor (Uds disculparán las lagunas mentales, pero después de tanto alcohol, vectores cuánticos y regaños de mi madre uno queda algo...digamóslo "dañadito") aproximadamente.
En esa honorable ocasión,mi abuelo se negó rotundamente a caracterizarse de Santa Claus por enésima vez, así que, consternados todos volteamos a vernos para ver quien cumplía el requerimiento para dicha ocasión y elegir un digno sucesor.
Y la voz angelical de mi Santa madre taladró la parte más meridonal de mi tímpano cuando me dijo en ese eterno tono meloso:
-"Andale muñe, te toca".
Volteé a verla con cara de "Ya ni la friegas" y un instante después traté de imaginarme vestido de rojo, con ese puto calor, con una bolsa de juguetes junto a un arbolito y gritando jojojojojojo.
No tuve mucho tiempo de reflexionar en ello, pues mi abuelo vió en mi la forma de escapar a tan singular personaje e inmediatamente fué a buscar las botas de hule negras con las que poda el jardín, para probármelas y todos los demás decidieron colaborar con la designación trayendo los demás accesorios.("Havemus Santa", pensé,).
"Ya está" dijo mi tia mientras todos me contemplaban con un pants rojo de mi abuelo como de entrenador de los Globetrotters, gorro de Santa de esquina de semáforo,barba postiza hecha con algodón de la Comercial Mexicana,un par de almohadas a manera de panza (hoy ya no serían necesarias..snif), un calor de la super madre y por supuesto...ese inche par de botas negras de jardinero.
-"Que bárbaro!!, quedaste igualito...".
Si, igualito a Freddy Crugger cruzado con Barney!!! pensé yo, pero pues "a lo hecho, pecho (o panza en este caso)" y me dispuse a llevar a cabo mi labor de Santa lo más decorosa posible, finalmente, había heredado un puesto honorario y sentía cierta responsabilidad a mis espaldas (después esa responsabilidad se iba a materializar en bolsas con juguetes pero en fin).
Ya entusiasta, pregunte a mi tía:
-"¿Ya me voy para la esquina?"(aclaro en este punto que el recorrido tradicional del Santa jarocho es desde la esquina de la casa hasta la puerta de entrada, algo así como 40 metros).
A lo que ella dulcemente me respondió:
-"No Toñín, mmm como en una hora, los niños aún no están listos y hay mil cosas por hacer".
-"¿Queeeeeeeeeeeeeee?, ya valió martha!!!." pensé.
Eso significaba quedarme una hora más a una temperatura poquito inferior a un horno de pan de muerto, mientras todos los demás estaban frescos como lechugas y disfrutaban de los víveres y bebidas de ocasión.
Mi tío Otto se apiadó de mí y me llevo un six de Coronitas, los cuales ingerí casi inmediatamente para evitar la deshidratación y así,entre chela y chela se esfumó el tiempo convenido.
Poco después comencé a sentirme medio mareadón y en ese preciso instante mi tía me dijo:
-"Sale Santa, ya vete para la esquina".
-"Sui tíua" le dije con voz de Alex Lora medio ebrio.
Y así iba yo, cargando un par de sábanas de la abuela con un chingo de juguetes, con el pants, las botas, el calor y la jarra rumbo al farol de la esquina blandiendo una campana que a escondidas mi abuelo le quitó a mi abuela y me proporcionó para hacer "más realista" la triunfal llegada.
Faltábanme escasos metros para llegar al punto de partida cuando escuché esa voz amable, viril y educada que caracteriza a nuestro heroico cuerpo de policía estatal cuando este me dijo:
-"¿Todo bien mi Santa?"
Supongo que dije algun vituperio contra el clero o el estado porque después de que abrí el hocicote navideño, se me acercaron dos de ellos y oí claramente como uno le decía al otro:
-"¿Cómo ves pareja"?
Finalmente se volteó hacia a mí, diciéndome justamente lo que no me tenía que preguntar, esa noche, a esa hora, ese día:
-"A ver Santa, sópleme..."
-"Futa, esto se va a poner feo" pensé, pero faltaban muchas cosas por ocurrir aquella noche.
C O N T I N U A R A...

1 comentario:

Pilonona dijo...

pon todo de contado, no importa lo extenso...