El niño del huevo (parte III)
-"Toc toc toc"
-"Buenos días, ¿no compra usted huevo fresco de granja?"
Caras de todo tipo, desde las señoras desveladas con cara de corteza de aguacate, niños de 6 años con calzones y mocos embarrados,2 perros, un señor rascándose una nalga y otro con pants asi medio pasguatón (que por cierto fué el único que ese día me compró un kilo) fué lo que encontré detrás de esos picaportes de interés social.
-"No hijo, ya desayunamos, pero gracias" fué mi primera respuesta, pero no la última.
-"¿Maaaaa?, ¿eeevooo?..." me decía un niño con una flema atravesada entre pulmón, nariz y media madre, mientras frunciendo lo fruncible batallé para sonar amable (después de todo era un vendedor sin importar si era una persona mayor o un chiquillo moquiento como éste) y repetirle la letanía:
-"¿Podrías preguntarle a tu mamá si no compra huevo fresco de granja?" le dije casi deletreándole , y despejó mis dudas cuando con esa claridad me dijo:
-"¿Maaaaa?, ¿eeevooooooo?..."
-"Mmmmmta madre!", resolví que regresaría en unos años cuando haya crecido un poco más y sepa utilizar los Kleenex
Así, una tras otra fueron desfilando las negativas hasta que un buen samaritano me compró un kilo y pude persignarme (que de hecho no lo hice pues en aquél entonces era medio ateo) no sin antes hacerme una pregunta técnica:
-"Honestamente hijo, ¿es de doble yema?"
Y le respondía lo más franco que pude:
-"Honestamente no sé, pero supongo que las gallinas le echaron más ganas, pues el huevo está más grandote, supongo que valen más por el esfuerzo " le dije mientras trataba de imaginarme pariendo a un niño del doble de tamaño normal.
Regresé a mi casa con una cantidad que no superaba los veinte pesos, con casi todo mi cargamento hueveril y con el ánimo hecho polvo cuando mi padre me trato de "animar" con esas frases que sólo el sabe decir:
-"Ya te falta menos para recuperar la inversión"
A este paso, pensé que debía considerar la posibilidad de vender pollitos en vez de huevos por el tiempo que seguramente me iba a tardar en venderlos.
-"Bueno si son doble yema,..mmm... han de ser unos pinches pollotes enormes y deben valer mas" pensaba yo tratando desesperadamente de encontrar una salida lógica al problema que suponía alcanzar el mentado nintendo y alimentaba las más locas esperanzas como ésa.
Esa tarde, salí a jugar fútbol con mis cuates el "primobil" y una niña que se llama Claudia, para desetresarme y olvidar mi mal inicio en esto del negocio de los huevos.
-"Abroooooooon, ya tranquilo, mañana vas a ver que vas a vender un chingooooo" me decían para calmarme, cuando en ese momento, otro cuate, Yair hacía un recorte formidable por la banda izquierda, eludía contrarios, dispara hacia la portería y...
-"HUEVOS!!"
E ...x ...a...c..t..amente AHÍ se fué a incrustar el balonazo, con el correspondiente murmullo general:
-"Uhhhhhhhhhh"
Mientras me retorcía en el pavimento escuchando voces lejanas preguntándome si estaba bien, mi mente volaba hacia el botón "select" y el "start" del joystic de un nintendo nuevecito y buscaba afanosamente otra estrategia, los vendería, los vendería todos!!.
Caminando lastimosamente a la casa, le dije a mi mamá al llegar:
"Mañana despiértame más tempra por favor, vas a ver que ahora si los vendo!!".
Aún faltaban más pruebas que saltar antes de conseguir ese chingao juego, ya las cosas, como siempre se resolverían de maneras insospechadas.
C O N T I N U A R Á...